martes, 16 de marzo de 2010

La sal de la tierra


Estoy por comentar los beneficios de quitarse la sal de las comidas, y lo voy dejando y dejando. Pero no pensé que era para tanto. El NEJM de 20 de enero de 2010 era contundente: Tanto beneficio como dejar de fumar, y no se qué hacemos perdiendo el tiempo con tanta campaña y tanta botica, y no se mete nadie con esto: (La traducción es mía)

La reducción de sal en la dieta de 3 g por día se prevé que reduciría el número anual de nuevos casos de cardiopatía coronaria entre 60.000 y 120.000, de accidente cerebrovascular entre 32.000 y 66.000, y de infarto de miocardio entre 54.000 y 99.000 y el número anual de muertes por cualquier causa entre 44.000 y 92.000. Todos los segmentos de la población se beneficiarían, con los negros en una proporción mayor, las mujeres en particular por ictus, los adultos mayores por reducción de eventos de cardiopatía coronaria, y los adultos más jóvenes con menores tasas de mortalidad. Los beneficios cardiovasculares de reducir la ingesta de sal están a la par de los beneficios poblacionales de reducir del consumo de tabaco, la obesidad o los niveles de colesterol. Con una intervención reguladora diseñada para lograr una reducción en la ingesta de sal de 3 g por día se ahorrarían entre 194.000 y 392.000 de años de vida ajustados por calidad y entre 10 mil millones dólares y 24 mil millones en costos de atención sanitaria cada año. Esta intervención ahorraría costes, incluso si sólo se lograse gradualmente una modesta reducción de 1 g de sal entre 2010 y 2019 y sería más rentable que el uso de medicamentos para bajar la presión arterial en todas las personas con hipertensión arterial.


El articulito tiene su crítica, pero la verdad es que nos hace pensar en la relación dieta y salud. Hace unos años ya hicieron la crítica del libro Salt, Diet and Health: Neptune's poisoned chalice; the origins of high blood pressure (Sal, Dieta y Salud: cáliz envenenado de Neptuno, el origen de la presión arterial alta)


Ya sabéis. A cuidarse.

1 comentario:

Emilienko dijo...

Vaya. Qué faena.

Ahora sé cómo se sienten los fumadores cuando les dicen que lo dejen.

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