jueves, 17 de septiembre de 2009

Cáncer 2: Tabaco



Volviendo al tabaco, ante la acusación de que se están pasando con las restricciones en Nueva York la respuesta ha sido: "ahora dicen que cómo se nos ocurre prohibir fumar en parques y playas, en el futuro sorprenderá que no se hiciera antes". ¿Os parece muy radical pedir que nadie se pueda acercar fumando a un niño sin que le quite el juez la custodia? ¿Por qué?

Volvamos a las cifras, puestas en relación con la entrada anterior:

Mueren por cáncer por el tabaco al año más de mil trescientos ciudadanos de la CAVP, de las más de 5.000 muertes anuales por cáncer. No tenemos datos en nuestro medio acerca de los fumadores pasivos, pero los trabajadores de la hostelería son el único colectivo desprotegido por la ley y lo notaremos los clínicos a medio plazo si no se toman acciones urgentes. Contribuyendo además el tabaco al 13% de todas las muertes (2.500 de las 13.000 de cada año), sobran más comentarios.

Hay que precisar que el hábito se suele adoptar en la infancia tardía o en la adolescencia, lo que hace que se tenga que reforzar la educación, más cuando la publicidad busca nuevos nichos de consumidores, como mujeres, minorías sociales, sectores menos cultos de renta menor. Y respecto a su consideración social, se sigue viendo bien, lo que incluye que la gente fume a escondidas en su medio de trabajo o en los alrededores cercanos, incluidos los accesos a Hospitales o todo el interior del Hospital de Basurto.

Respecto a la prevención de los cánceres laborales, invisibles hoy en día en nuestro medio, un control moderado del tabaquismo, factor presente en casi todos los casos, ya que tiene efecto multiplicativo, tendría una gran repercusión a corto plazo.

Otras medidas de vida saludable, aunque recomendadas y recomendables, no se espera que repercutan en el corto plazo en el cáncer de la población (falta evidencia en los ensayos de intervención, posiblemente por los largos periodos necesarios, y quizá porque habría que incidir en edades más tempranas).

En resumen en prevención del cáncer y de muertes tempranas: Dos acciones: que ningún niño vea un cigarrillo encendido, restringiendo incluso su acceso a bares y restaurantes de fumadores y que los centros sanitarios sean efectivamente sin tabaco, con un perímetro incluso de restricción alrededor, como ocurre en otros países. No es irreal pretender una proporción de exfumadores del 21% y un porcentaje de fumadores de entre 16 y 25 años menor del 34%, bajando la prevalencia actual del 29% (34% en hombres y el 22% en mujeres mayores de 15 años) al 20%. La tendencia actual del tabaquismo en varones es descendente. En mujeres, por el contrario, es ascendente, y hay que conseguir, con campañas de información y con el apoyo de los médicos de familia, que esta tendencia se invierta.

Señor Rajoy: No fume, que no se oye.



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